viernes, 29 de noviembre de 2024

 


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Mi querida Mary Beth:

Te escribo estás líneas desde un parapeto en nuestro nuevo hogar; una trinchera y su búnker en la falda del fuerte Duamont.




Llegamos ayer bajo una punzante lluvia que nos apretaba el corazón como si de un fúnebre presagio se tratase.
Queríamos registrar la zona antes de instalarnos. Habíamos visto varias cajas de suministros en buen estado pero cuando Tommy se acercó a la más cercana un cadáver descompuesto y cubierto de barro saltó sobre él.









Barry y yo corrimos a ayudarlo. Golpes, mordiscos, sangre y barro. El monstruo cayó. Yo todavía estaba tratando de recuperar el aliento cuando Tommy, con los ojos desorbitados y gritando, salió corriendo hacia la siguiente sección de trinchera seguido por Barry que se reía como un demente.

Mary Beth, tengo claro que cada horror que se presenta nos hace descender un poco más en el pozo de la locura. ¿Cuánto tardaré yo en caer?

Mientras seguía a mis compañeros veía como el sargento Blackblood y Chad disparaban a otra criatura de pesadilla, un gusano asqueroso del tamaño de un caballo. Aquella cosa consiguió llegar hasta el sargento pero la última bala de Chad lo derribó.






Tommy llegó el primero a la trinchera y otro cadáver putrefacto surgió del barro. Barry, quien ya sangraba por una herida anterior saltó blandiendo su maza inútilmente. La criatura recibió un par de golpes pero apartó a Barry de un manotazo y hundió sus dientes en el cuello de Tommy.









La sangre de mi amigo me salpicó en la cara y comencé a golpear la cabeza de aquel monstruo con la culata de mi rifle. No veía nada, solo golpeaba, golpeaba, golpeaba y golpeaba hasta que la voz del sargento Blackblood me trajo de vuelta.
- ¡Chico, ven aquí!
Miré a mi alrededor y ví a Tommy sujetándose el cuello mientras la vida se le escapaba por la herida. Una masa de carne, barro y sangre yacía a su lado y Barry se levantaba dolorido.
- ¡Scoot, ven aquí, es una orden! - volvió a gritar el oficial.
- Ve muchacho, yo me quedo con Tommy - me dijo Barry.

Chad se había acercado a la última caja y otra de esas criaturas le estaba atacando. Corrí mientras oía la pistola del sargento y acercándome por detrás, golpeé al monstruo con mi rifle para rematarlo.








Cuando volví con Tommy ya había muerto. Se había desangrado en el barro como tantos otros en esta maldita guerra.

Mi querida Mary Beth, a veces pienso que ya hemos muerto hace tiempo y que esto es el infierno donde sufrimos por nuestros pecados. No te enfades conmigo Mary Beth, no sé lo que digo. Estoy muy cansado. Echo de menos a Tommy. Espero tener un par de días tranquilos y seguir escribiéndote pues es lo único que me da algo de paz. Ojalá algún día puedas leer todo esto.

Siempre tuyo, incluso en la muerte.

Scoot




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Está es la última partida de una mini campaña que me propuse para testear Last War en solitario. La idea era colocar a mi grupo de supervivientes justo donde arranca la campaña del reglamento.

Ha sido todo un viaje de aprendizaje preparar la banda, los enemigos y el terreno. Una gozada de proyecto.

Respecto al juego en solitario, algo que nunca había probado, debo decir que sorprendentemente lo he disfrutado mucho. Cada partida a sido divertida y ver crecer a los personajes y verlos en peligro ha sido emocionante.

No hablaré del juego en sí por qué todavía me queda probar su versión 1vs1 y el cooperativo. Así que todavía queda Last War para rato.



1 comentario:

  1. Espectacular! toda una gozada leer las desventuras de tu valiente pelotón, aunque poco a poco el desánimo haga mella en sus corazones. Espero ver más entradas sobre Last War en un futuro!

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