lunes, 25 de mayo de 2020



+ LAS ARENAS DEL INFAME TRASSGROT +




El Infame Trassgrot miraba las gradas desde su palco. Como siempre, estaban a rebosar. Todo aquel que fuese alguien en La Ciudad que Aúlla estaba presente para el espectáculo. Sus amigos y aliados querían honrarle con su presencia, y el mismo se había encargado de invitar a sus enemigos. Ver en acción a Úzulgor, su guardaespaldas personal, haría que se lo pensasen dos veces antes de intentar nada contra él.

La estrella roja estaba en lo más alto. A una señal suya, cuernos retumbaron por todo el coliseo anunciando que la velada daba comienzo.




Cuando la primera ofrenda fue conducida y encadenada hasta el centro de la arena, todos rieron y se relamieron al oler su miedo.

Las compuertas del suelo se abrieron dejando ver al resto de ofrendas.





Tras ellos, por otra compuerta apareció un esplendido espécimen orko. La ovación del público reconociendo a un buen luchador satisfizo al Infame Trassgrot.





Tras el, Ashrrabag entró en juego. Un murmullo se extendió por el graderío. Este demonio recién llegado a La Ciudad que Aúlla era un misterio para todo el mundo. Su enfrentamiento con Úzulgor era el plato fuerte del combate.





Y por fin, tras la última compuerta apareció Úzulgor, general de los ejércitos de Khorne, campeón de las arenas de lucha y guardaespaldas personal del Infame Trassgrot. Levantó su espada en saludo a su amo y todo el mundo estalló en gritos y aplausos. Era el favorito.



El gruñido de un cuerno de guerra hizo que todos los combatientes comenzasen a moverse.



Ashrrabag y el orko corrieron hacia la ofrenda encadenada. El resto de humanos, perseguidos por Úzulgor también.

Antes de que la ofrenda encadenada supiese lo que estaba pasando, Ashrrabag esparció sus tripas por la arena. El publicó gritó de alegría cuando el primer olor a sangre y  muerte llegó a sus sentidos.




Úzulgor alcanzó a las otras ofrendas. Empaló a una de ellas con su espada y con su mano libre la partió en dos dejando las piernas a un lado y el resto del cuerpo al otro. Trassgrot sonrió. Su luchador sabía como dar espectáculo. El público se levantó entusiasmado.



El rugido de la gran hacha rebanadora orka llamó la atención de todos. El orko estaba combatiendo contra Ashrrabag. El demonio esquivó el primer golpe y respondió con una de sus afiladas extremidades dando en la armadura del piel verde quien apenas se inmutó. 




Úzulgor, directo y brutal, decapitó a otra ofrenda. El humano restante le clavó un puñal en el costado que se derritió al entrar en contacto con su piel. El demonio sonrió y le atravesó el cráneo con su arma.




Pese a la habilidad del favorito, todas las miradas estaban puestas en el combate de Ashrrabag contra el orko. El piel verde era rápido para su tamaño, pero el demonio lo era más. Paraba todos su golpes. De repente, Ashrrabag atravesó al orko de parte a parte. Pero este, lejos de morir, gritó al demonio en la cara e intentó aplastarle la cabeza con el hacha rebanadora. El público aplaudió al alienígena pero antes de que terminase la ovación, Ashrrabag sacó su filo y girando sobre si mismo separó la cabeza de la bestia de su cuerpo.





Entonces el público enmudeció pues el combate más esperado estaba a punto de comenzar.

Los dos demonios corrieron al encuentro de su adversario. Ashrrabag llegó saltando sobre sus cuartos traseros. Golpeó en un costado a Úzulgor pero no le hizo nada. Apuntó a la cabeza con otro golpe pero el guardaespaldas lo evitó. Otro golpe al vientre falló. los espectadores tensos veían el acoso de Ashrrabag sobre el campeón. El Infame Trassgrot seguía sonriendo. 
De repente, Úzulgor se movió rápido y lanzó un potente mandoble que rajó a su enemigo de arriba abajo.

Ashrrabag, aturdido rodó hacia atrás para poner distancia. Sangre negra y viscosa se derramaba por su pecho y vientre. Y por un momento parecía que se iba a derrumbar.





Úzulgor lamió la sangre de su hoja y gritó retando a Ashrrabag. Toda la grada enloqueció y gritó a su vez.




Ashrrabag gruñó entre dientes y se lanzó al combate de nuevo. Golpeó y golpeó a Úzulgor quien no parecía sentirlo en absoluto.




Al final, el favorito asestó un cabezazo a Ashrrabag y antes de que este pudiese reponerse, vió como la espada negra de Úzulgor le atravesaba de lado a lado. 

Ashrrabag escurrió su cuerpo por el filo para separarse de su contrincante y tras trastabillar cayó al suelo. 
Toda la arena estaba en silencio. 
Úzulgor levantó su espada victorioso y el rugido del publico retumbó en toda La Ciudad que Aúlla.





Y así concluye la narración de otra gran partida con mi chica. Llevando yo un demonio y ella otro, la idea de juego era recolectar Puntos de Gloria para luego poderlos gastar en las Habilidades Especiales durante el combate final. Debo decir que nos divertimos mucho y que la duración de la partida duró aproximadamente una 1h. Sigo contento con el funcionamiento del Codex Pozos para partidillas esporádicas. Las posibilidades narrativas son infinitas y su corta duración y sencillez lo convierten en un modelo perfecto para no aficionados al wargame.
PD: Ella ganó. Su demonio me dió de lo lindo y si no escribo esto probablemente duerma hoy en el sofá.....













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